Los antecedentes
9 meses sin pasar por aquí, no por falta de ganas sino por tener la sensación durante muchos meses de estar pendiente de un hilo sobre mis sueños de correr, sobre todo sobre el sueño de
volver a correr Maratón en 2018, y no ver el momento de contarlo.
Para entender el Maratón de Roma 2018 celebrado la semana pasada, debo acudir a mencionar brevemente a lo que ocurrió en diciembre de 2014 y cómo han sido los meses de septiembre de 2017 a abril de 2018.
En
diciembre de 2014, tengo un leve accidente de moto que da con mis huesos en el suelo y producto de lo cuál, tras meses de dar vueltas me sacan el
cuerno anterior del menisco externo roto, debo empezar desde cero en 2015 y retomar actividad en 2016 ya incluso corriendo alguna carrera y volviendo a un nivel razonable en 2017. Es lo que conté aquí durante estos años.
Ni que decir tiene que mi estado físico no es el mismo que hace unos años, tampoco el chasis ni la musculatura. Sin embargo, no lo llevo mal, después de caer a las profundidades, lo que peor puede llevar uno corriendo es que corra con
dolor y vaya para atrás. Esa sensación fue la que tuve después de verano. Hice algunos diezmiles, ya entrenaba más que en primavera y, sin embargo, no me encontraba bien, incluso terminaba en carrera muy cascado o literalmente cojo el día después como me ocurrió en la SSV Internacional que pude hacer bajando de 40' pero muy lastimeramente. Como lo vería para ni siquiera reflejar aquí una carrera que tanto he amado.
El caso es que
a principios de enero tengo que preparar un Maratón para el que 'locamente' (o no) me había apuntado antes de verano 2017 tras verme bien en la
Media de Madrid, que soñaba poder correr y que, en semejantes condiciones, de molestias, dolor, malas sensaciones en definitiva... me parece quimérico entrenar así. ¿14 semanas de esta forma? Ni de broma.
A través de un post del gran
Miguel, leo que también está echándose una partida con las lesiones (toda mi fuerza desde aquí) y que está trabajando con
Luis del Águila. Le llevo leyendo, como muchos creo, desde hace mucho tiempo, valoro lo que escribe y transmite. En ese momento se produce el 'clic'. Tenía claro que me iba a autoentrenar. Sin embargo, durante esos días veo que necesito a alguien para ayudarme en lo que me pasa que tampoco sé lo que es. "Sé correr", llevo haciéndolo 17 años, he corrido hasta ese momento 8 maratones pero sigo teniendo la impresión de que en lo restante no tengo ni idea. Y lo restante, se llama
fuerza.
En esa parte es en la que me ha ayudado Luis. Con pautas concretas de cómo fortalecer en casa y con sesiones específicas que trabajan las zonas más débiles: en mi caso la supinación y pronación, o la ausencia de las mismas (sobre todo de pie izquierdo) es lo que hace que se me sobrecargue sobremanera toda la cadena muscular de pierna izquierda, que yo le identifique con la rodilla (aquello donde tuve problemas), viene de otro lado.
El caso es que gracias a su ayuda, a la de mi
osteópata Ismael, a los que me aguantan en casa y a la constancia y perseverancia de seguir pensando en que cada semana completada era un sueño y un paso más hacia Roma llego hasta el 8 de abril pasado.
Durante todo este tiempo, hubo semanas que veía imposible llegar a la línea de salida, ya fuera en rodajes normales por encima de 5' o con apenas 20K volvía con fastidio los últimos kilómetros (contemplar eso, cuando sabes que tendrás que correr 22K más...) algo que se va mitigando y haciendo que las últimas 3 semanas sean las mejores con diferencia, justo cuando más carga hay y cuando psicológicamente más lo necesitas dado que estás ya al lado de la carrera.
Aunque al principio de la preparación pensé que podría entrenar para terminar en unos razonables 3h15' (yo que había corrido por debajo de 3h sin apenas despeinarme..., me decía) el día a día me fue poniendo en mi sitio y pensar en terminar y al ritmo que los entrenos y mi físico pueden permitir. Luis propone empezar a 5.10 y bajar después a 5' y luego que sea la carrera la que me pongo en mi sitio.
El Maratón
Llegados a este punto, se asoma el Maratón. Arribamos el día anterior la familia al completo, paseamos por la mañana en la preciosa Roma y por la tarde acudimos a la Feria a las afueras de la capital italiana. Vamos a última hora porque deseamos disfrutar de la ciudad lo máximo posible. Roma es alucinante, da igual que sea la cuarta vez que tengo la suerte er.
Creo que por temas de trabajo ha debido ser el Maratón que menos he pensado en él los días anteriores lo que ha ayudado a no darle mucho al 'coco'.
El ritual de cada Maratón la noche anterior.
El día siguiente suena el despertador a las 6. He quedado a las 8 en el camión número 14 con Juan Chopera y Jesús Bastante de los drinking runners. Me encanta ese momento de concentración, te levantas de noche, haces cosas rutinarias sin mucho tiempo y al poco te das un paseo a la salida topándote con otros como tú, la calma chica. Otras veces mi cara es la de 'acongojado' por decirlo suavemente, esta vez, a pesar de hacer tanto tiempo, mi cara es de que tengo ganas de correr y que esto empiece lo antes posible.
Vittorio Emanuele siempre presente, al inicio y al final.
Paseando por el Foro Romano antes de la salida
El paseo es maravilloso, dan ganas de quedarse allí en lugar de irse a correr. El caso es que han cerrado el acceso que pensábamos estaba abierto desde Vittorio Emanuele y debemos rodear todo el foro romano hasta detrás del Coliseo. Llego tarde a la cita con Juan y Jesús pero está todo el mundo igual. Parece increíble que solo se salga con unos 5' de retraso con unas 14.000 personas en el mismo saco de desconcierto y reorganización. Fue el único pero, lo que ocurrió antes de la salida. Por lo demás, creo que es un Maratón de sobresaliente. Echamos un buen rato antes de la salida, conversaciones animadas, risas y fotos (¡estos cracks que van con móvil! ;) nos deseamos suerte y salimos a por ello: "hoy todos llegamos", nos decimos animándonos, cada uno con su historia personal. Tras tanta tralla, llegar a la línea de salida de un Maratón ya es digno de mención y orgullo.
Con Jesús y Juan antes de la salida, ¡qué buenos momentos!
La previsión es de calor pero por suerte, salimos con un poquito de nubes, lo que ayuda a sobrellevarlo. Desde las 11 de la mañana si que notaremos un calor importante.
Salimos en la segunda ola, la de hasta 3 horas 30'. El mogollón es importante los dos primeros kilómetros. La subida que rodea Vittorio Emanuele con la una banda de música en las escaleras del Campidoglio es simplemente emocionante. Hay muca gente animando en la salida. Me lo tomo con calma. ¡Estoy corriendo un Maratón! ¡Otra vez! Parece un sueño. Así que intento disfrutar cada zancada, porque no sé cuántas podré dar. Miro cada edificio, corredor, adoquín por primera vez. Voy a ritmo, esto es muyyyy largo. No doy importancia a que incluso algún kilómetro lo haga por encima de 5.10. Cuando haya espacio, correremos mejor.
Antes de salir, ¡con muchas ganas!
Cuando pasamos
Pirámide (K4-5), el recorrido tira hacia el sur y se vuelve bastante insulso. Está claro que buscan las afueras romanas rodeando el centro para que el perfil sea más amable. Cruzamos hasta dos puentes sobre el Tiber remontando ya hacia el centro, bordeando el río. Paso el
K10 en 51.20 (ritmo de 5'10'') por lo que voy con el cumpliendo el guión. En algún kilómetro he notado la rodilla izquierda que tanto intento identificar con mimo pero luego se pasa. Buena señal.
En esos kilómetros, me pasa
Giorgio Calcaterra, 3 veces campeón del mundo de 100K, y que tiene por costumbre salir en la 3ª ola y desde atrás hacia delante animar a los corredores del Maratón de Roma y terminar en
2.42. ¡Menudo figura!
Del 12 al 16 bordeamos completamente el río y se nota más animación. Me gusta decir cosas a españoles, mexicanos y otros latinos para que animen. Buscamos las sombras ya se empieza a notar el solete. El propio ambiente y la perspectiva de llegar a San Pedro alimenta esos kilómetros de sumar y no hacer tonterías. Ya estoy bajando a poco más de 5' y la sensación de ir parándome. Buenas sensaciones en definitiva.
Cruzar el Tiber, por tercera vez, hacia la
Plaza de San Pedro es de lo mejor de la carrera. Esos kilómetros son de los que te llevas para el recuerdo, de esos que no quisieras que se marcharan. Cuando te adentras en Vía Consolazione, esa que da directamente con la
piazza que está celebrando Misa, estás en estado de alucinación. Uno de los momentos más curiosos que me han sucedido corriendo. Verte allí dándolo todo con otros miles de locos como tú mientras al otro lado, ¡en el mismísimo Vaticano!, están a lo suyo (la misa se oía perfectamente...) es cuanto menos, particular. Seas o no religioso, es memorable.
Paso por la Plaza de San Pedro, inevitable no girar la cabeza.
Rodeas la plaza y sales hacia fuera buscando ya la
Media Maratón. La paso en 1h46'08'' (proyección de 3:32, ni tan mal) En ese momento, cumplido el ecuador de la carrera, sigo el guión y comienzo a bajar de 5', en algunos kilómetros, quizás demasiado, pero me encuentro bien y quiero tirar (dentro de mis posibilidades actuales, para que se entienda ;)
El único pero es que desde el K18 noto la zona aledaña al cuádriceps derecho más cargada de lo normal y el pie de la misma pierna algo más rígido. Evalúo de 1-10 y es tolerable, espero que no de mucha guerra. Al no ser 'la pierna mala' casi que me reconforta.
Sobre los avituallamientos he de decir que son modélicos. Amplias mesas de agua, isotónico, alimento sólido o esponjas (benditas esponjas en un día caluroso), el problema es que al ritmo de 5' va mucha gente y ciertamente coger algo cada 5K o menos sin molestar y/o ser molestado es muy difícil. Lo que más me sorprendió es que mucha gente parara a caminar para beber. Yo creo que no podría, parar y arrancar luego para beber, ¡prefiero aprender a beber en carrera!
El caso es que del
K23 al 34 o así. Menuda panzada me he dado de sopetón escribiéndolo, otra cosa es corriéndolo... el Maratón es otra vez tan
anodino e insulso como en los kilómetros del principio. Poca animación, bastante alejado del centro y alguna cuestecita maja. En realidad, todos lo sabemos pero cuando llega, bueno pues piensa en lo bonito que será volver a pasar por el centro otra vez. Recuerdo en la parte de animación un DJ italiano con el musicón típico de aquellas tierras en los 90, en plan
Gigi D'Agostino. También un momento chulo.
Mis parciales de la
Media al K40 son cada 5 kilómetros:
4.37 / 4.48 / 4,36 / 4.48, un poco dispares pero bastante por debajo de 5', aquel ritmo frontera desde la Media Maratón. Hay kilómetros que creo que me estoy pasando y relajo un poco. Seguramente al final pagara ese exceso de gas pero me sentía tan bien, y creo que estaba entrenado para ello.
Desde el
K35 estamos en el centro ya para no perderlo hasta meta. Animación, calor, adoquín, ¿os he hablado del adoquín? Siempre se nota, no sé qué porcentaje de la carrera será con él pero es posible que más del 50%, Imagino que es como todo, cuando vas bien 'ni lo notas', y cuando vas regular (por decir algo...) pues te acuerdas de porqué lo pusieron allí. Se hace durete la verdad.
En Piazza Navona todavía había gasolina, el rictus ya es otra cosa...
Cuando paso a un español le animo a tirar. Con alguno hago grupetta pero ya a esas alturas es un sálvese quién pueda. Se nota el calor y los kilómetros, aunque el ritmo aguanta el cuádriceps está cargado y ya es dolor de piernas generalizado :) Ya no me acordaba de tales kilómetros en un Maratón de los de "macho has llegado hasta aquí, no me vengas con dolor, es lo que toca".
Me encantaría deciros que la parte final es preciosa pero es verdad que cuando más bonito es, más cercano estás hacia la meta, por lo que más cascado estás y menos lo aprecias. Piazza Navona, Piazza Spagna... hay un
momento Maratón de Madrid (cuando estás en Atocha con el recorrido de los últimos años al lado del Retiro y te llevan hasta Goya...) aquí parece que estás al lado de la zona del Coliseo y te dan la vuelta hacia
Vía del Corso y vuelta otra vez en Plaza del Popolo dices arrgghhh. Así que desde el
K38 al final se te hace eterno.
Piazza Spagna es preciosa... ya en el K40 de un Maratón no sé si tanto :)
Aguanté bien bien hasta el 38 y ya a la 'me-cago-en-diez' (como dice una compi de mi curro) desde el K40. Para de dónde venía creo que demasiado. En esos momento solo me repito "tío, más fundido, pero no te pongas a andar que mueres. No eres capaz de seguir, ni de broma." Así que aunque acabe fundido pongo piloto automático de 'finisher' ya a 5' muchísimo pero sabedor de que voy a llegar. No sin el cuestón final que te meten, con túnel incluido, antes del kilómetro final. Al menos es a la sombra... lo cuál no es moco de pavo con la solaera que nos están cayendo.
¿Sabéis lo que es un kilómetro final de Maratón después de todas las peripecias que os he contado? No las del Maratón de Roma, sino la del Maratón que llevo corriendo durante 3 años y medio para esto... Ufff, si ya era emocionante, ver a mis tesoros en la cuesta abajo de Vittorio Emanuele justo antes de enfilar la vía que da al Coliseo es emocionante. Les saludo, me ven, les veo. Joe, mejor final imposible. En un Maratón tan multitudinario nos hemos encontrado casi en línea de meta y me ven terminar 'dignamente' :)
Flash para el recuerdo.
Recta final y...
Las piernas aceleran un poco y al final ese parcial final de
2.195 metros sale a 5.27 el kilómetro que como reventón, es sobresaliente :)
Entro lanzando besos, señalando que llevo 9 maratones con los deditos, levantando los brazos... como si hubiera hecho 2.45 vamos. Paso la línea de meta y me ofrezco a que me pongan la medalla como si fuera la olímpica. Foto de rigor con centurión incluido y...
felicidad absoluta.
La foto guiri donde las haya.
3 horas 30' 37' (1.370º clasificado sobre 11.730 llegados. 4'59''/K) Casi en el 10% :)
Me ha costado más de una semana escribir este tocho. Si alguien ha llegado hasta aquí, le compadezco :)
Las sensaciones y emociones de este Maratón, del reto de volver a correr con Filípides tras tantas cosas es impresionante.
Creo que querer es poder, con perseverancia, constancia y... amor propio, como decía mi madre.
Me encantaría pensar que es el primero de muchos Maratones que podré realizar a partir de ahora. Que podré hacer muchos de esos que "tenía en la lista". De momento, como no sé si eso ocurrirá o no, lo que quiero es,
disfrutar este, apreciar esto.
Felicidad congelada. ¡Noveno Maratón! ¡Lo conseguí!
Cuando lo pierdes todo en el mundo del correr y tras mucho tiempo, vuelves y puedes degustar un Maratón de Roma es como congraciarte otra vez con todo aquello que te apasionaba. Con una de esas pequeñas grandes cosas que te hacen sentir vivo.
No sé que tiene el Maratón pero una vez lo pruebas, si te gusta, es difícil dejar de probarlo.
En esas estoy. Disfrutando. Prometo retomar el blog y seguir dando la lata. "Aunque ya nadie lea blogs" ;) Quiero escribir de cómo lo preparé, de cómo salió, de por donde sigo y de próximos retos, porque espero que haya muchos.
Muchas gracias a todos.