lunes, 30 de abril de 2012

Leyendo 'Correr' de Jean Echenoz

La visita a un foro es suficiente para conocer una nueva referencia literaria sobre correr, lanzarse a su búsqueda en Internet, y gracias a la magia de los Kindle descargarlo y devorarlo en apenas unas horas.

correr-jean echenoz-9788433975409

Flechazo hacia la vida novelada de la 'Locomotora Checa', el gran Emil Zátopek.

En apenas 144 páginas, que pasan en un abrir y cerrar de ojos, el autor francés Jean Echenoz nos cuenta su evolución desde una fábrica de Bata (la de los posteriormente famosos Bata & Bata) hasta la gloria olímpica en los Juegos de Londres 48 y, sobre todo, Helsinki 52 dónde se alza con la triple corona de oro en 5.000, 10.000 y Maratón, para finalizar con su caída en el ostracismo por los soviéticos ante su posicionamiento hacia una Checoslovaquia libre.
Él que había sido utilizado como figura y máximo exponente del éxito comunista, de esto también da debida cuenta el libro y nos engrandece aún más su figura y leyenda.



Llegó a poseer todos los records de fondo de su época desde el 5.000 hasta los 30K.
Fue el primer hombre de bajar de 29' en un 10.000 ¡en el año 54!
Y protagonizó algunos de los momentos más brillantes de la historia del atletismo del Siglo XX.

Para los curiosos maratonianos, su primer Maratón fue el de Helsinki, y lo gana en 2h23'03'', con sus marcas en 5K y 10K podría haberlo mejorado mucho pero es que al bueno de Emil 'le parecía muy aburrido' y claro está, tampoco existían los planes de entrenamiento de hoy ni las condiciones de élite actuales.
En el segundo, en Melbourne, en sus terceros y últimos Juegos reventó y quedó 6º. Lo que, una vez más, nos acerca a la grandeza de esta prueba dónde hasta el mayor de los superclase de su época tuvo que inclinarse.

Un vídeo, de los múltiples que se pueden encontrar en Youtube, sobre su particular forma de correr: cara con sufrimiento extremo, ladear de cabeza y sprint a muerte final.



sábado, 28 de abril de 2012

Fotos Maratón de Madrid 2012

Casi una semana después de la finalización del Maratón de Madrid 2012 ya he podido terminar de subir una carpeta con casi 800 fotos desde los primeros clasificados hasta las 4 horas.

Ni mi cámara es la mejor ni el que suscribe es el mejor fotógrafo del mundo por lo que muchas de ellas no tienen gran calidad, aún así, sirva desde aquí como humilde homenaje a los valientes que surcaron las calles de Madrid el pasado domingo enfrentándose a Filípides y saliendo victoriosos.

Para mí sois todos héroes :)

El enlace aquí, espero que os guste.

Por supuesto, si alguien desea que se retire alguna imagen o quiere que se la envíe en tamaño original sólo tiene que decirlo.


Una historia de...

Esfuerzo y Superación



Dolor y Sufrimiento



Sufrimiento hasta el final





Hasta la meta que ansiamos alcanzar






Con la ayuda de todos




La lucha contra el crono siempre presente



Corriendo fuera de sus fronteras



Felicidad







Para cantar al final... Victoria





Y, sobre todo, compartir el momento con los nuestros que son los que nos aguantan, apoyan y 'corren' con nosotros antes, durante y después del Maratón :)



























lunes, 23 de abril de 2012

Análisis del Maratón de Rotterdam #marathonrdam

Como ya comenté en la entrada sobre mi actuación en el Maratón de Rotterdam de hace 7 días, con tierra de por medio es más fácil entender las emociones en frío e intentar aventurar qué sucedió y aprender en consecuencia.

1. La preparación
A) Como ya fuí relatando por aquí tras las grandes sensaciones de Donosti abracé un 'killer plan' que me situaba en el disparadero 'teórico' de entrenar 7 días de 7 a razón de 130-140 kilómetros por semana y a ritmos más intensos que los que toqué en su día.
Por suerte, o por desgracia, mis limitaciones de disponibilidad para la preparación me permitieron dedicar 6 días y una media de 104 kilómetros pero nunca a los ritmos que debía tocar.
Sensaciones de correr cansado, de ir muy cargado, lo que se siente en una preparación de Maratón, está claro, pero más allá de eso me veía lejos de lo que se suponía.
Esto hace que avances pero no al nivel que el plan marca.
Además, aunque no lo hiciera a la perfección daba una vuelta de tuerca importante 'teórica' sin mediar mucho tiempo desde el debut, es posible que mi cuerpo todavía no estuviera preparado para tanta caña.

B) Hubo entrenamientos clave que no pude realizar, así a vuela pluma series de 5.000, algún controlado y el test final de Media Maratón 3 semanas por imposibilidades de mi calendario personal.
Esos no sumaron y además no apoyaron en números para saber cómo estaba.
Si a eso le sumamos que las dos últimas sesiones de 50' al presunto ritmo de Maratón salieron por encima de pulsaciones y con el amargo sabor de ir forzado, lo cierto es que tenía suficientes evidencias para darme cuenta de que mi ritmo era superior, que atacar un 3'48''-50''/K era versión kamikaze teniendo en cuenta el trabajo realizado.

2. La Carrera
- C) El día era malo, viento del norte de entre 30-40 km/h y 2º de temperatura. Aún así, y pesar de todo lo anterior, salí a por marca. Quizás lo más lógico hubiera sido reconocer que la preparación había arrojado que quizás todavía no estaba para tantos brios y que, además, el día era complicado para ir al límite de las posibilidades de uno mismo, porque esta vez sí que me iba a poner 'al filo de la navaja'. Aún así, no lo hice, y suicidé mis posibilidades queriendo marcar obsesivaente el ritmo objetivo.
En ocasiones hay que reconocer que el día no es el óptimo y recular, otro día será mejor.

- D) Dos primeros kilómetros marcados a 3'50''/K, mi ritmo, en un Maratón es abrir la vía de los hidratos, como dice mi entrenador, por lo que el combustible fácil quedaba disponibible para su consumo... hasta mi límite personal, hasta los 26-30 kilómetros. A partir de ahí, grasas y el muro.
Debí salír más cauto.

- E) Las pulsaciones no mienten. Las tuve por encima de 170 hasta que pegué el petardazo con algunos kilómetros a 174-175, mi ritmo de crucero en Donosti fue 168 y me había preparado para tocar un techo de 170. Tuve que mirarlas y hacerlas caso. Esto ya no es un 10K ni un Cross, donde puedes ir a tope de agonía y en 15' has terminado, aquí desde que petas hasta que terminas media un mundo de una hora.
A partir de hoy, para mí adquieren una importancia soberana.
Imagino que fueron debidas a ir a ritmo contra el viento pero tampoco tengo la certeza absoluta.

Conclusiones
5 grandes áreas de las que aprender para el próximo reto.
En cuánto a la preparación, tengo claro que tengo que correr con un día 'sí o sí' de descanso en semana, más de 100K me parecen excesivos para mis objetivos y quiero re-revisar mis ritmos de entrenos, creo que tiene más sentido ir a Ritmo de Maratón que por debajo en series largas, sean de 2 o de 5K. Para machacar siempre el mismo paso, para conocerlo de memoria.

Sobre la carrera, lo recalcado, empezar más despacio, mirar qué día hace (si hace viento o si hace calor y recular) y prestar mucha atención a las pulsaciones, aquí si tienen importancia.

Respecto a próximo reto y marca objetivo será más conservador. Puede que el día fuera malo, que no supiera salir o que me obcecara en perseguir un ritmo a toda costa, y quizás en condiciones normales mi tiempo hubiera sido inferior pero también hay evidencias que dicen que en mi preparación fuí forzado, y creo que ahora mismo, y después de esta experiencia, tiene más sentido preparar 'un paso intermedio' tipo 2h44'-45', que ya de por sí supondría una mejora de entre 3' y 4' sobre Donosti a volver a prepapar 'presuntamente' un 2h40' que, volvemos a hablar de 7'-8' de mejora.

Creo que ganaré en comodidad de preparación, de sentirme más fuerte y confiado preparándolo viendo que un ritmo de 3'55''/K me parece más al alcance de la mano que un 3'48''-50'' que cada vez que lo pienso me parece más de campanillas.
Si obtengo éxito en el 3er Maratón (otoño 2012) gano moral y crédito para intentar algo mejor en mi 4ª pica en el Reino de Filípides (primavera 2013)

Tengo que asentarme e ir paso a paso.
A pesar de considerarme un tipo cauto y calculador, quizás me dejé llevar demasiado por mi autoconfianza y motivación, no son lamentos son reflexiones que deben ayudarme a continuar entendiéndome a nivel maratoniano.

Despacio llego más lejos.

miércoles, 18 de abril de 2012

Crónica del Maratón de Rotterdam 2012 #marathonrdam

Igual que vino se fue, y el largo preparar de la aventura se esfumó en un suspiro... dilatado de una gama cromática infinita de negros, blancos y grises, ¡menuda experiencia por tierras holandesas!

Pero antes vayamos por partes:

Antes de la carrera
Viajaba junto a mi amigo Ricardo (que haría la carrera de 10K) y gran parte del Pepe Team, ¡fantásticos chavales! en Easyjet vía Amsterdam el viernes por la tarde. La primera sorpresa, que ya empezó a dotar de emoción al asunto, fue que a mitad de la cola empezaron a hacernos bajar las maletas de mano a la bodega porque no cabían en la cabina con el semejante acongoje por parte de cada cuál, aquel corredor que lleva los aparejos necesarios para correr el domingo, y que pueden desaparecer si la compañía aérea pierde su maleta. Afortunadamente no pasó de ahí y lo recogimos puntualmente 2 horas y pico después en el Aeropuerto de la ciudad del Barrio Rojo ;)
Nos ubicamos para coger el tren a Rotterdam, y en apenas una hora ya estábamos en la ciudad donde todo iba a acontecer. Arturo y compañia se alojaban en un NH frente a la salida, ¡menuda ubicación! y nosotros en un Hotel llamado Bilderberg, que ya nos hacía sospechar ;) sobre la conjura que iba a deparar este Maratón a nuestra suerte, a 5' de aquel centro.
Dejamos las cosas y nos fuímos a cenar a un argentino ¡a las 23! Regentado por pakistaníes, cerraban 30' después, con tanta seriedad se tomaban el tema del cierre que llegaron a quitarle el plato de las manos a algunos compañeros porque 'quickly, quicky, police, police'. Con esto y un bizcocho nos fuímos a dormir y a esperar que el tiempo mejorarse porque ya se notaba viento importante y temperaturas gélidas a lo holandés ;(



El sábado amaneció espectacular. Sol, menos viento y buena temperatura. No dormí muy bien la verdad, estaba como activado, no nervioso pero sí expectante y le daba demasiado al coco a muchas cosas, no todas de la carrera. Nos las prometíamos muy felices, porque de hecho ese día supuestamente ya debía llover y hacer peor tiempo. Nos esperanzábamos en que el día siguiente las profecías de tiempo apocalíptico marraran de igual modo. Rodamos 30' con el Pepe Team por parte del circuito desde el Ayuntamiento hasta el Puente de Erasmo, y el K25 para 'reconocer' la pendiente al cruzar el río, importante pero 'no es pa tanto', me dije. El circuito se prometía muy veloz, muchas rectas. Ese rodaje calma y da seguridad.
Desayunamos fuera del hotel (no lo teníamos incluido y nos cobraban ¡25€!, para el día siguiente lo tenía ya preparado 'home made' ;) y marchamos a la Feria del Corredor, situada junto a la salida, para recoger el dorsal y empezar a calentar el ambiente de la carrera. Feria pequeña, más aún que la de la Feria de la Media de Madrid para comparar dimensiones, visita a expositores, soñar con maratones centroeuropeos para otros años y picar en algún puestecillo. En el stand más 'friki' me hice unos manguitos personalizados como recuerdo, prácticamente estaba convencido de no usarlos porque luego me agobia todo en carrera y seguramente acabarían en el suelo. Más tarde, el tiempo que iba a padecer me hizo emplearlos y ¡menos mal que contaba con ellos!
Ricardo y yo, comimos pasta a borbotones en la Feria por apenas 10€, genial la organización por ese lado, paseamos por Rotterdam hasta llegar a la parte del Puerto Viejo, descansamos en modo siesta, aunque yo seguía sin pegar ojo. Y por la noche, quedamos con el resto del Pepe Team en un italiano regentado por la mismísima Señorita Rotermeyer, ¡lo juro! Apuramos una pizza gigante, ahí, ya si hablamos de Maratón, de sueños y temores, durante el día apenas mentamos a la bicha. Al salir a la calle, el tiempo definitivamente había cambiado y había rugido de tambores para el día siguiente.

El Gran Día
Desperté a las 7,20 (debía hacerlo 10' después) y dormí un poco mejor, aunque sin tirar cohetes, devoré el desayuno junto a mi compañero que todavía dormitaba algo (café, muesli con soja, tostadas y plátano), y empezamos a ponernos en marcha, tocaba ducha, beber agua en cantidad, y vestirse para la faena.
Desde las impresionantes vistas de nuestra habitación se veía las banderas moverse de forma importante, aunque pensaba que todavía quedaba tiempo para que el día mejorase.

A eso de las 9,15 estábamos ya en el Hotel de Arturo para dejarles nuestras maletas, ¡gracias chicos por guardarlas!, calentar y ponernos la ropa de verdad. Hacía frío, viento, la única buena noticia era que no llovía. Aún así, me mantenía muy motivado y confiado, sabía que iba a ser una carrera dura, donde iba a salir a apostar fuerte y dónde me podía estrellar pero aún así era un marco incomparable para hacerlo y llegaba, dentro de lo razonable, en estupendas condiciones.



Tras hacernos la foto de rigor de grupo, Arturo y yo nos fuímos para la salida apenas a 15' para empezar el magno evento. Con el consiguiente atasco en los cajones, a los cuáles se debía entrar ¡desde atrás! No había aperturas laterales, y aunque teníamos un dorsal del cajón B (hasta 2h45') la organización nos decía que debíamos ir hasta el final y atravesar la montanera de casi 10.000 corredores. De locos.
Tras intentar colarnos por la pista donde la élite hacía los progresivos finales, dos tipos de la organización no nos dejaron meternos, a pesar de que un simpático Manager español, imagino que el de Castillejo o Cáceres, les comentaba que éramos atletas de élite, jajaja, la situación era tragicómica, sólo hace falta verme para darse cuenta que me comí hace tiempo los cocidos que no se apretó el pobre Mosop ;)

No me puse nervioso porque sabía que de alguna manera o de otra acabaríamos dentro, Arturo me dijo que a mitad nos metíamos, y así hicimos. Fu un poco 'quinqui' pero saltamos la valla y nos metimos 'con los super buenos' apenas a 10' para empezar. Le dije a Arturo que para no llamar más la atención fuéramos para atrás hasta el nuestro... de vez en cuando alguien de la organización nos veía y nos decían que para atrás pero no hacían nada más. En Madrid, seguro que me lleva un miembro de seguridad de la oreja hasta el cajón de las 5 horas...
Saludamos a Castillejo, que liebreaba a Cáceres, y nos quedamos justo delante del Cajón B, el nuestro, donde esperaban ansiosos todos los maratonianos llegados de los más recónditos lugares del mundo, emociona solo de pensarlo. Todos con el mismo objetivo durante 3 meses, y sobre todo, ése día.

Antes de salir vimos a  Pytu, Aitorhe (del foro del atleta.com) y esperamos emocionados el cañonazo inicial (¡porque así empieza Rotterdam!) escuchando el emocionante 'You´ll never walk alone' (que tenía mucho que envidiar al que canta el KOP en Liverpool pero que aportaba dosis de épica al asunto)

Salida lenta pero fluída, por fin Arturo y yo juntos en un Maratón, aunque no en las condiciones que hubiéramos deseado ya que llegaba convalenciente de varios días con fiebre y malestar general. Aún así confiamos en nuestro entreno y posibilidades. Quería marcar los parciales sobre 3'50''/K, no me obsesionaba que fuera exactamente el soñado 3'48'' que me hubiera llevado a 2h40' porque en realidad sabía que mi horquilla objetivo era muy amplia y que luego la carrera pondría mis posibilidades en su sitio. Aunque no me imaginaba que tanto.

Primeros dos kilómetros en 3'50'' y buenas sensaciones, Arturo junto a mí, tras pasar el espectacular Puente Erasmo, sin prisa pero sin pausa, recuperamos el ritmo bajando como había previsto hacer, nos dirigimos hacia la parte Sur de Rotterdam, donde iba a trascurrir más de la mitad de la carrera. Seguramente un tramo sin importancia en un día de buena climatología, sin embargo, en esta edición se tornó clave para las aspiraciones de muchos, entre otros las mías.



Para hacerse una idea del entorno, es un barrio residencial razonablemente llano con casitas a los lados, con público en casi todos sus tramos y algunas bandas de música que acompañaban la animación. Los holandeses, más en unos tramos que en otros, animan pero no hacen milagros. El viento pega fuerte, no hay grupos desde el principio. No puedo considerar que tuviera ni uno en todo el Maratón, demasiados intereses individuales, muchos saltos, y ningún bloque aventurando ritmo de 2h40'-50' razonablemente identificado. Tocaba correr a ciegas y preguntar, o ser preguntado, como suena.

Asi a un argentino que iba con varias féminas, o algún español que se dejaba caer por nuestro grupo.
Primeros 5K en 19'19'', por encima de lo previsto pero en línea del menos a más que me gusta realizar.
El viento se nota que da gusto y hay muy pocos lugares donde refugiarse. No entiendo cómo no se forma un grupo, me muevo entre 3'48''-52'', muy regular, en una curva sobre el 7K pierdo a Arturo y yo sigo hacia delante porque creí que mi ritmo estaba ahí.

Pasando el K10 sobre 38'30'', hay algunos que me ven tirar firme y me preguntan hacia donde voy '2h40' les digo, a lo que me responden unos que 2h37' (un argentino), otros que bajar 2h44'' (un atleta catalán), otros sobre 2h50' (un Señor de Murcia, como en el chiste ;) y sin embargo ahí estamos juntos y revueltos. Nadie entiende nada, solo una explicación, el día es muy malo para correr y hay valientes que salen a por todas, otros que se están replanteando la marca y los que nos que hacemos un mix de las dos. En ese momento, ya tenía claro y decía 'voy a por esto pero este ritmo que llevamos es ligeramente por debajo de 2h42', lo que me seguía pareciendo por supuesto un tiempazo y más con el día de perros que hacía.

Tras consumir el primer gel perjuro que nunca volveré a llevar un pequeño imperdible para sujetar los 3 destinados al efecto porque me vuelven loco colocarlos y que no se caigan, no sé si pierdo tiempo pero desde luego si concentración en lo importante. Afortunadamente no se me cae ninguno.




Voy rumbo al K15 casi clavado en 3'48'', buenas sensaciones pero voy siendo castigado por el viento y el monótono circuito, me parece estar en un bucle infinito. Sigo con fuerza pienso que a pesar del día estoy haciéndolo bien y tiro a por mi marca decidido. Hay dos argentinos con los que hago piña de vez en cuando, de mucha clase, ayudan a llevar el ritmo de vez en cuando, parece que nadie quiere hacer grupo y no entiendo porqué todavia... saltamos, saltan... así todo el rato.
Del 15-20 marco 19'13'' (lo veo ahora, entonces no lo sabía) lo que me sigue llevando en la senda de lo regular, pasando la Media Maratón fuerte todavía en 1h21'03'', la carrera está siendo muy dura pero que mantengo el ritmo a pesar de las dificultades, que el tiempo final puede rondar los 2h42' largos de continuar así, sin embargo, este último compás ha sido el más duro casi 4K con el viento en contra obsesionado por seguir firme y adelante, he notado como se me iba cargando el cuerpo pero sobre todo el pie derecho, no le doy más importancia imagino que con el paso de las horas se relajará.
Tampoco se lo doy a llevar de media 172 pulsaciones y viendo habitualmente las 174-175 encima, cuando mi ritmo de maratón es sobre 169-170 (168 medio en Donosti), estaba convencido que podía funcionar con vueltas altas...


En el K25 veo a Pepe, sabía que estaría ahí, y ya estaba deseando ver a alguien conocido porque el entorno era desolador y ni una cara conocida, acompañado de Arturo ya relajado, luego sabré que abandonó en el K16-17, (una pena ¡en el próximo Maratón vamos a tope!).
Me preguntan que tal y sólo acierto a decir 'voy... ehhh, bien', porque hasta ese momento había peleado como un jabato los tiempos objetivo para los que iba a Rotterdam, a pesar de venir castigado en cada ráfaga.
Será un punto clave de la carrera, fue verles y empezar a bajar, un argentino le dice al otro 'la carrera todavía no ha empezado, luego veremos cómo salió todo' (creo que en el fondo hablaban de mí, terminaron en 2h48' y 49', también muy lejos de sus aspiraciones, aunque no sé si tan cascados como yo). Ése kilómetro lo marco en 4'04'', no acierto a adivinar porqué... en el Puente (K26) regulo y voy despacio subiendo, sé que queda la bajada, la carrera ya es una contrareloj, voy sólo, ni un compañero tras más de 1h40' corriendo. Noto la animación, los manguitos apoyan llevo mi nombre y una bandera española, lo hacen los compatriotas y también los holandeses, OLEEE, VAAAMOS, ÁNIMO DÁRRIOO, e intento disfrutar de ese momento tan tuyo: centro de una capital europea con casi una hora por delante y tú convencido de doblegar a la Bestia, caminando hacia la marca soñada.

Tras pasar el Puente de Erasmo y la bajada en 3'59'', y completar el K27 en el centro de Rotterdam en unos razonables 3'56'', pienso que estoy atravesando un bache y que tengo tiempo para levantar esos parciales o al menos mantenerlos. No podía estar más equivocado, no volveré a ver el 3'xx en mi reloj, el túnel de bajada y subida zanjó mis malas sensaciones, empiezo a ver kilómetros a 4'01'', 09'', y ya estoy en el pozo sin siquiera haber entrado en el Parque, momento marcado por el K30.
Justo antes me pasa el corredor catalán que quería bajar de 2h44' y que 'casi me pedía que me quedara para acompañerle', va como una fiera, intento coger su rueda pero no voy, no hay explicación, nunca sentí nada así, las piernas no van. El mensaje del cerebro llega por debajo de mi cintura pero éstas no responden como les pido, como me tienen acostumbrado (carrera tremendamente inteligente del chaval, después ví que hizo 2h43'50'')

Me planto en el Parque Kralingse, ése marca el tramo del K30-38, ¡manía que tienen los organizadores de meter Parques tornados en cementarios en el final de las carreras), sabiendo que soy un cadáver, tengo 12 kilómetros por delante y no sé cómo los voy a completar. Si creía que había abrazado el muro rodando a 4' no podía ni imaginar lo que tenía por delante. Las piernas hechas cemento, la cabeza intentaba calcular, qué tiempo conseguiría marchando por encima de 4', pasé del 2h42'' al 2h45', a intentar bajar mi marca de Donosti (2h47'49'') y... definitivamente a encontrarme luchando con aquel al que desprecié y no tomé en cuenta.
Miro las pulsaciones y ya, ahora sí, están desplomadas pero no es una buena noticia es tan sólo la confirmación de mi defunción como corredor en pleno muro. Tú quieres, tu corazón está relajado pero tus piernas no pueden.
Los corredores me pasan como aviones, no en vano, K32 4'11'' K33 ¡4'24''! K34 4'12'', y voy fundido, perfectamente consciente eso sí de lo que sucede, no zombie pero dándome un paseo rodeando el dichoso parque, sólo veo verde, no hay mucha animación...
Justo a partir del K35, los peores kilómetros de mi vida como corredor, en el momento en el que cuando memorizaba cada recodo del circuito soñaba con que volaría ya buscando el regreso y el centro de Rotterdam, se me encienden todas las alarmas, ¿Piensas que ir a 4'10'' es el muro iluso?, me decía Filípides.

K35 en 4'28'' y K36 en 4'27'' y más que preguntarme busco respuestas, ya no voy a pensar en el día de perros que hace, que corrí en contra del viento y queme naves, que se me subieron las pulsaciones o que igual no estaba tan fuerte como creía, ahora mi  cabeza está en terminar. Soy maratoniano y esta es mi primera prueba de fuego, nunca me las ví así, me mantengo frío, me da igual terminar a 6', mi misión es seguir y llegar, y cuánto antes mejor... sin embargo no hay dolor, ni pena, lo asumo como el papel que hoy me toca desempeñar, en Donosti fue de éxito, hoy de lucha hasta la extenuación.

Como he dicho, no había dolor... hasta el K37, mi bíceps femoral me da una descarga infernal y paro lentamente, lo recuerdo a cámara lenta, todavía veo a dos holandeses junto a mí resoplar a mi tono, casi no querían mirar, y yo a ellos tampoco. ¡Qué sensación joder! En 120 carreras, en 11 años, no me he parado en mi vida en ningún sitio, ni para atarme un cordón, ni para orinar... en mi segundo Maratón, en mi primero en el extranjero, en el momento soñado me veo con un pie fuera...

Sigo frío, 'para Darío', me digo. Y Darío estira la pierna para atrás intentando estirar el músculo, es un estiramiento psicológico, me da tanto miendo estirar de verdad y notar un dolor de lesión o que me dejara varado, que apenas dura 5''... camino un poco, sigue ahí pero me da igual, comienzo a trotar suave, los holandeses de al lado me aplaude, joder parece que me empujan, les siento en el cogote, menudo espectáculo pienso yo... ¡y gratis!
¡Y volví a correr! Ya en modo, ¡quiero terminar y no lesionarme! ¡quiero terminar y aunque sé que no puedo ir más deprisa que 4'30''-40'', me vale porque si fuerzo igual me acuerdo un año!

En el K37 marco 5'14'', lo que quiere decir que 'apenas' he perdido 40'' en todo ese trasiego.
Y los demás caen entre 4'35'' y 4'40'' como aviones no, cazas de combate pasándome, y yo viéndoles en la distancia, atletas de Medina del Campo, catalanes... ¡parece un Maratón español!

Y ahí, en el sufrimiento, en la finalización aprieto los dientes y sé que estoy terminando mi segundo Maratón, que tengo la medalla casi colgada, después de una carrera tan larga, parece que llevo una semana ahí primero fuerte contra el viento, después abatido y arrastrándome pero sé que es la cara chunga, la cruz del Maratón, y que tengo que aprender a convivir con ella porque aparecerá, me hablaron de ella pero no me imaginé que tenía cuernos y rabo. Del K35-40 en 23'34'', queda todo dicho.
Como y bebo todo lo que me ponen por delante, como Homer en el episodio en el que corre pero nada surte efecto, ya cavé mi fosa y eso ya nadie lo remedia, ni geles ni ocho cuartos.



En esos momentos llego a plantearme si en realidad es bloqueo mental o físico, pero da igual, no quiero que aquello del K37, fuera lo que fuera, vuelva a aparecer. Por lo que entra el piloto automático de contingencia hasta meta.
El caso es que el último kilómetros y 197 metros sale en 5'05'' a 4'17''/K de media en una búsqueda ilusoria de bajar de 2h51', a lo cuál me quedo a las puertas.

Justo en el último recodo del final me espera el Pepe Team y Ricardo, me animan porque saben que he debido pasarlas putas, con perdón, ni imaginarlo pueden hasta qué punto.

Dos españoles pasan por mi lado emocionados, dándose palmadas, abrazados al llegar, como entraba yo en Donosti hace apenas 6 meses, hoy la cara y la emoción es radicalmente distinta pero llego alegre porque es mi segundo Maratón y porque conseguí llegar a pesar de todo, en una última hora de dureza extrema en un tiempo razonablemente bueno: 2h51'09'', a 4'03''/ de Media.

2h51'09''
275º de 7.538 llegados a meta. 119º de mi categoría senior masculina.
Mi carrera en el Garmin
Clasificaciones Maratón Rotterdam 2012
Fotos de Maratón de Rotterdam 2012

Al llegar casi en hipotermia, con un frío descomunal, sin cansancio de piernas, no en vano llevo una hora de paseo ;) empiezo a pensar muchas cosas pero sobre todo valoro, como ya he dicho por ahí, que en Rotterdam, circuito que no me gustó por cierto, recibí mi verdadero bautismo de maratoniano: en modo de lucha, sufrimiento, dolor y combate hasta el final.



El ANÁLISIS esta misma semana por este cuaderno de bitácora, aunque podéis aventurar ya muchas de las lecturas que saco de la carrera. Compleja donde las haya y donde no alcancé mi objetivos.

Gracias a todos por el apoyo, nos vemos en el próximo Maratón :)

Porque no dudéis en que esto me hace más fuerte y me ayuda a aprender de qué va la vaina de Filípides y nosotros.

PD. días antes reflexionaba sobre las sensaciones que estaba teniendo y cómo interpretarlas y pensaba en que me gustaría tener ya 10 maratones encima para saber por dónde andarme, este es uno de esos 10 imprescindibles para futuro.