domingo, 27 de noviembre de 2016

5 años de mi debut en Maratón

Hoy hace 5 años que participé en un Maratón por primera vez.

Recuerdo como si fuera ayer los nervios de la recogida del dorsal en Anoeta (y alguna lagrimilla ya en ese momento, emocional que es uno), nuestro campo base en el corazón de Donosti con un gran equipo, los minutos previos a salir con lo más granado del mundo maratoniano guipuzcoano y correr, sobre todo correr. 

Como no lo había hecho nunca.

Sin corsé ni frenos mentales, con la inocencia de quién conoce a la bicha por primera vez y no se plantea otra cosa que correrla de forma regular hasta el final, de quién no se imagina que también suele gastar una cara dura y poco empática de vez en cuando.

Después vinieron 7 más. Donde encontré muros, alegría, decepciones, ilusiones, aprendizajes, aventuras, retos, compañías pero donde ya nada fue igual.

Porque solo corres de esa forma por primera vez. Más tarde, como en la vida, tu cabeza y tu cuerpo van acumulando piedras en la mochila que te hacen ser más calculador, reservado, en ocasiones, miedoso respecto al monstruo, que no bicha, que tienes delante.

No he vuelto a experimentar corriendo mayor sensación que la que se produce en mi cuerpo y mente preparando y disputando un Maratón. Nada corriendo me motiva más.
Además de la transferencia a la vida personal que supone en forma de habilidades, enganche e ilusión.

Hace unos meses este aniversario hubiera sido ciertamente triste. Apenas podía correr unos kilómetros no sin esfuerzo y tampoco exento de dolor.

Hoy, justo hoy, estos días, estas semanas, empiezo a encontrarme en otro plano.

Vuelvo a confiar en mi. Las molestias van remitiendo y me dejan correr, todavía poco, esas piedras en la mochila me dicen que debo escuchar a mi cuerpo y mente para ir incrementando ligeramente, casi sin notarlo, lo que puedo llegar a correr para ver hasta donde llego.

Llevo unos meses muy buenos, casi cerrando 2016, casi cosiendo la herida con buenas perspectivas para 2017.

Y no os negaré que parte de esta nueva gasolina, se llama Maratón.

Pienso en primavera de 2018, pienso en que sea esa fecha o cualquier otra, volver a correrlo, volveré a correrlos. Y eso me mueve. Tengo claro que los haría, los correría de otra forma pero claro eso es fácil de decir cuando queda mucho para llegar. Puede que ni siquiera lo consiga pero su mera posibilidad me ayudará a salir de esto definitivamente. Estoy convencido.

Eso forma parte de otra historia, en realidad de la misma, la motivación que te hace soñar y esforzarte. Ser feliz corriendo.

lunes, 21 de noviembre de 2016

La belleza de lo relativo

Ayer participé en mi octava carrera de Canillejas.

Un mito del asfalto madrileño. Seguramente me enamoré allí de 'correr rápido', al menos a intentarlo :)
Es curioso como pasan los años y terminas encontrando los mismos ingredientes en la carrera del señor José Cano: ambiente popular de barrio, algo de lluvia, cuestas que te exigen al principio y cuestas sobre las que debes volar al final.

No puedo decir que la conozca de memoria pero la experiencia es un grado tras tantas ediciones (también he de reconocer que me gustaba más cuando bajabas Alcalá, eso si que era conectar un misil aire-aire :)

El caso es que para mi ayer era importante bajar de 40' en Canillejas.

Son esas cosas, esos retos, que aparecen en tu cabeza seguramente para darle un poco de salsa a tu vida física, deportiva y de superación. Mis entrenos arrojaban buenas sensaciones pero al estar en modo 'correr-salud' tampoco sabría si podría mantener ese ritmo 10K, el Edward, también sus cuestas, me dieron la pista de que podría intentarlo. El propio Alfredo Varona me preguntaba antes de empezar si iria a por ello a lo que le respondí determinado que "afirmativo" pero que también sabía que no sería fácil.

Junto a Ricardo surcamos Canillejas a ritmo de 4 pelado, con los paréntesis del parque del Paraíso y presentándonos en el K7 que todo lo debe resolver con un inquietante +18'' para bajar de 40'. Eso requería de 3 muy buenos kilómetros bajando a menos de 4' y alguno volador.

Así fue, Ricardo se me quedó un poco en el último km, aún así hizo 40.03 de neto el muy crack (una de sus mmps), y servidor 39.51 de neto final (341/2278 llegados a meta) marcando un último de 3.40 y algo.

Aquí el vídeo:
http://www.corriendovoy.com/atletismo/184899/trofeo-jose-cano-2016


 ¿Qué os voy a contar? Que estoy en una nube y me da por pensar y soñar que ojalá este Calvario de dos años se esté aparcando poco a poco. No para volver a lo que hacía, sino para volver a tener salud y hacer lo que quiera con ella. Poder elegir, sea lo que sea.

Tienes que pasar por algo así para saber a qué sabe un sub40 que otrora sería un rodaje, hoy es gloria, ilusión y satisfacción.

Mis diezmiles en 2016
Carrera del Agua (29/05/2016) - 45'35''
Trofeo Edward (02/10/2016) - 41'42''
Canillejas (20/11/2016) - 39'51''

Próxima parada: Aranjuez. Seguimos!


viernes, 11 de noviembre de 2016

Volviendo a disfrutar de correr

Hace 5 semanas que corrí en el Trofeo Edward con magníficas sensaciones.

Tras la carrera, tenía mis reservas respecto a cómo reaccionarían mis piernas las semanas después, en términos de haber corrido a 4' y algo, recuperarlo, coger continuidad y no encontrar molestias por el camino.

Antes de apuntarme a carrera alguna quise ver cómo salía todo esto, al ver que las sensaciones seguían siendo positivas, decido apuntarme a Canillejas (20/11) y Aranjuez (18/12) para completar un par de mitos del correr madrileño con el objetivo de participar en las carreras con mi gran amigo Ricardo y recuperar el enganche a lo más motivo y emotivo del correr con dorsal.

Por el camino me he encontrado muy bien, incluso hay ocasiones en los que pienso que las dolencias se han ido, de forma razonable, para no volver y que, algún día, ¿por qué no?, podré correr un Maratón aunque sea a ritmo de trote, nada me gustaría más...



El caso es que ahora mismo llevo 5 semanas de 20K/semana (2 sesiones) y otras 2-3 de bici estática o outdoor sencillitos que me hacen disfrutar otra vez de esto, hacer deporte de forma continuada, ¡sentirme bien qué diablos!
Se que puede sonar a nada pero el año pasado hubiera sido quimérico. Incluso ya me he atrevido con alguna sesión de cuestas o 'cambio de ritmo' cada kilómetro con respuesta razonable del chasis.

Lo que venga después, ni idea, pero a día de hoy, me considero muy rehabilitado, ¡como si de verdad hubiera vuelto a esto del correr!

Os veo en las próximas, ¡y en las que vengan después!