Puente de la Constitución 2014: fin de semana marcado a fuego en el calendario para pasar unos días fuera con la familia... y disputar el
Tras el viaje del viernes sin tráfico gracias a que a las 3 de la tarde estábamos en la carrera, llegada antes de las 8, acomodo en el
(el cuál recomiendo encarecidamente: muy buenas calidades, habitación amplia y confortable, cama cómoda, cuna incluida en el precio y desayuno buffet por 36€/habitación reservándolo con unos meses de antelación eso si, lejos del ruido del Maratón todavía ;)
situado en la zona céntrica pero un tanto alejado de la salida, 3-4K, aspecto que salvaría gracias a que me llevaron al Puente de la UJI el día de la salida, pero no adelantemos acontecimientos :)
El caso es que tras una cena cómoda con la familia
política pasamos una
noche más mala que otra cosa: un bebé de casi 5 meses ante su primer viaje de coche con el cambio de rutinas no vio del todo adecuado dormir más de 4-5 horas esa noche, a partir de las 5AM quedamos en vela (noche del viernes al sábado), cuando lo normal es que amanezca a las 7 y algo tras 10-11 horas durmiendo y sus respectivas interrupciones para tomas.
El sábado por la mañana me caía por las esquinas, aprovechaba incluso 10' libres que me dejaba ocasionalmente en algún sofá o cama para echar alguna cabezadita de cara a lo que me esperaba el día siguiente, ¡no dejaban ser 42 kilómetros!. Aún así, tuvimos tiempo para acudir a su primer encuentro con el
mar y la playa, uno de esos días que uno siempre recordará (al menos, nosotros ;) y que ya mereció la aventura del fin de semana.
Pasta para comer en casa familiar, descanso de piernas pero no de sueño y por la tarde a la
Feria del Corredor, paseo para acreditarme como es debido. Feria pequeña pero suficiente para los que no valoramos más que como un mero trámite pasar por allí antes del Maratón. Si por mi fuera, no existirían, creo que es un concepto caduco y del pasado cuando no existían las posibilidades actuales, sobre todo online en ecommerce, y además concedería la posibilidad de entregar dorsales el día de la prueba, más aún con unos 2.000 participantes, masificación no se puede decir que tuviera la prueba.
El caso es que desde el viernes ya surgieron los primeros nervios, ánimos de aquí y de allá, en el Parque Ribalta coincido con
Lolo Barreiro, uno de los pilares de este relato, que
como ya comentamos, nos encomendamos a correr juntos el día siguiente y vernos antes de la salida.
Desde por la tarde, según salimos de la playa, se levanta un
viento fresquito de esos que tiran para atrás y aunque la previsión dice que amainará siembra un poco de preocupación a propios y extraños.
Cena de pizza familiar y a dormir sobre las 11 y media cruzando los dedos para que César nos dejara descansar.
Foto habitual para la ocasión con las Joma Fast como herraduras para la batalla. Todo un acierto.
Por suerte así fue,
me desperté sobre las 6.20 (mi hora más o menos habitual a diario) sin necesidad de despertador ni de niño ;) con muchas ganas de correr. Desayuno puntual a las 7 con la familia (no lo abrían antes) y un lobby repleto de corredores, con un café doble y algo de leche junto a dos tostadas con mermelada de fresa. Lo mismo que en Madrid, no necesito nada más para un Maratón.
Paso por el catre, bajar a la Plaza Fadrell con Hermanos Bou y ser recogido por mi escolta (cosas de correr en casa ;) que me dejo calentito y puntual a las
8.15 junto a la línea de salida. ¡Mil gracias!
En otro Maratón, sería tarde para llegar: dejar todo en el ropero, calentar y meterse en el cajón. En Castellón, me dio tiempo a preparar el dorsal en la camiseta, ver el ambiente, chalar con un consumado maratoniano,
Abel de Frutos, ya con 16 veces en sus piernas, e incluso ver a
Pedro Duque y un compañero suyo, a los que serví de estímulo para que se dieran cuenta de que les faltaba el chip en la zapa, ¡suerte que les dio tiempo a rescatarlo!
No es el Puente de Rotterdam, sino el de la UJI en Castellón ;)
Sobre las
8.35 dejé la
mochila en el ropero (perfectamente organizado, apenas 6 camiones era suficientes para los algo más de 2.000 corredores esperados en la prueba completa. La logística del 10K iba por otro lado) y calenté con el viento en la cara y el sol en la testa:
gorra como de costumbre y primeros pensamientos de ritmo a la baja si la cosa continuaba así. Por megafonía decían que a partir de las 10 se esperaba que bajara la cosa, aspecto que nunca llegó a suceder.
Tras pelearme con la banda del pulsómetro (no querìa tener el tamaño que a mi me gustaba), algo de técnica y al cajón sobre las 8.50.
Separado por una valla y una persona que lo controlaba: era imposible colarse si no acreditabas tener el dorsal de esa marca. Por delante solo la élite. Me da tiempo a moverme un poco, no está lleno por suerte, y justo a 2' de salir, miro a la derecha y
encuentro a ¡Lolo! como le dije, y luego la carrera confirmó: "No podía ser de otra forma" (no pudimos vernos fuera, ni en el guardarropa y justo antes de comenzar allí estábamos como si lleváramos una hora juntos, dispuestos a salir)
Esos últimos minutos siempre pasan en mi cabeza como el inicio de una película de guerra. Como la observación desde la
butaca del espectador de los soldados en la trinchera esperando a ser bombardeados: caras de nervios, angustia, tensión, mucha carga emocional, también concentración y templanza.
Piensas en todo lo que has entregado para estar ahí: sea Castellón o cualquier otro, de los dolores, las molestias, los madrugones, las dificultades para sacar tiempo para entrenar durante más de 3 meses y no morir en el intento. Y entonces, miras a tu alrededor, y encuentras exactamente lo mismo. Si hay algo que une al maratoniano en esta prueba es el
inicio (todos partimos desde el mismo sitio)
y el fin (todos ganadores)
Consigna de fe y confianza. Estar atento al ritmo de grupos. Sobre todo de tener en cuenta de que si el viento es fuerte habrá que bajar expectativas y luchar como se pueda. Nos deseamos suerte, también a Pedro que anda por ahí y comenzamos el octavo Maratón en mi cuenta:
motivado y con ganas.
Primeros metros, Pedro a la izquierda, Lolo detrás, todos en tropel. Cortesía Cárnicas Serrano.
Con salida en el Parque Ribalta, los
primeros 10K consistían en una primera vuelta corta al entorno del Parque: tocando el Estadio de Castalia, la Plaza de María Agustina (que tantas veces veríamos), las inmediaciones del Parque nuevamente (donde pudimos ver al hijo de Lolo por primera vez) y una prolongada subida en falso llano (quizás la única del circuito, K6-7) por el entorno del tranvía de la Universidad Jaime I de ida y vuelta con destino el mismo punto.
Lolo me comenta que
se le ha caído un gel y yo para no darle más importancia ni calenturas de cabeza al asunto le resto importancia y le digo que la organización tiene puntos con ellos al final de la prueba y que vaya consumiendo los suyos y deje esos para el último "suelen ser casi de efecto placebo". Mitad lo creo, mitad le miento ;)
Son momentos de empezar a
coger ritmo y sensaciones. De no castigarse en exceso, según comenzamos vemos a
Rodrigo Morath portando el globo de las 3 horas con dificultades por alguna molestia, por suerte a la postre subsanadas... y terminando en 2.58 y pico, para un sub 2.40 sin pestañear, puro trámite ;)
También a la que barruntábamos debía ser primera española marcando parciales cercanos a 4.10, por lo que decidimos abandonarla. Empezamos a percibir una
tónica habitual dentro del Maratón: hay grupos muy rápidos para nosotros (4' pelados) y otros que van un poco más lentos de lo que nos gustaría (4'10''-15'')
Esto hace que debamos saltar de unos a otros sin encontrar continuidad y que ya en el paso por el
K10 (40.39) nos encontramos
casi solos. Es algo que comentamos pero a lo que no encontramos más remedio que la continuidad y el pensamiento de que los grupos llegaran con el fragor de la batalla. Vamos a ritmo de 4.04 sin grandes dificultades pero, al menos en mi caso, el
GPS no marca lo que me gustaría: hay kilómetros que creo rápidos y se van casi a 4.10 y otros que creo 'normales' y bajamos de 4. He de decir que solo pasó en el 9 y 10, también es cierto.
El viento continúa aunque todavía estamos relativamente resguardados de él pero no sé porque me da por pensar en que la
zona del Grao no será tan clemente... si exceptuamos la zona de la salida, el resto del circuito no sobresale por una gran afluencia de público, por suerte uno ya está curtido en estas lides y aunque siempre viene bien suficiente tiene con llevar el ritmo y concentrarse en la pisada.
¿Qué hay de mis molestias? Pasada la hora de Maratón (
K11-15 4.04 00 07 03 03), producto de haber elastificado la zona la última semana y media, la conjunción de osteópata-fisio o que se yo... las noto pero parece que "se dejan querer". Me repito aquel ejercicio que tan bien me sirvió en Frankfurt hace más de un año: pensar cada pisada, poner un buen gesto, mantener larga la zancada. Técnica, técnica, técnica.
Y ¡vaya! parece que resulta, me veo bien y con un compañero de batallas al lado que va casi silbando. Al inicio ya le he dicho que en Maratón
'hablo poco, y guardo fuerzas' y que bebamos en cada avituallamiento ya que la humedad y el solete pueden hacer pupa (de lo mejor de la carrera la parte la hidratación, mucho más que cada 5K, al repetir paso por algunas zonas, llegaba a ser en ocasiones incluso cada 2-3K...)
Cortesía Arturo Mancebo.
Comenzamo a alejarnos del
presunto centro,
Kilómetro 16, Avenida del Mar, unos cuántos kilómetros en línea recta con el viento castigando por todos los flancos que se extenderá hasta casi el 25 en su versión de vuelta. Seguimos en solitario, dupla que rema y va bien marcando parciales sin mucha dificultad pero pagando poco a poco el desgaste de
eolo. Noto que suben poco a poco las pulsaciones cuanto más desguarnecidos estamos. Poco a poco cazamos a algunos componentes de grupos con ritmo superior que se descuelgan. Suelen durar poco con nosotros. Si estuviera en la situación de alguno de ellos estaría preocupado, sin grupo y descolgado apenas con 20 kilómetros en las piernas, los 22 restantes pueden hacerse una auténtica tortura, ahí el coco hace más mella que las piernas, ¡todavía no es tiempo de haber reventado!
Me fijo en la dirección del viento, me da la sensación de que va ligeramente en contra en estos momentos, veo las banderas y comento que a la salida del Grao le tendremos de cola durante varios kilómetros... no podía estar más equivocado. Lo suelto mezcla de fe y de refuerzo para el tramo duro, sin apenas animación excepto un par de puntos, que estamos llevando a cabo.
Nuestro paso de
Media es bueno, 1:25'46'', le digo a Lolo que si doblamos estamos para
2.51 y algo, y como en pocos maratones sí que me parece posible y que si no es así nos iremos por poco, me está latiendo bien el Maratón a pesar de todo. Pasamos por el Puerto y la recta de vuelta hacia Castellón con el viento de cara, nuevamente sin grupo. Eso no lo esperaba,
me doy la vuelta a la gorra o el viento me la dobla, las pulsaciones me suben hasta casi 170 (mi media siempre debe andar entre 166-168 como check de que todo está bien), esto no me gusta y enlazamos kilómetros del 23 al 26 entre 4.06 y 4.10... los dos notamos el viento, le digo a Lolo que
ya no voy tan suelto pero que no voy sobrado pero que quiero que nos nos cebemos con el aire. En ese momento sufro un pequeño bajón, no lo expreso pero empiezo a dudar de si ese coqueteo con el 4.10 viene para quedarse o es un espejismo, si es así, es demasiado pronto para ello, el pulso tampoco suele traicionar. Intento aprovechar el
primer gel (K25) para olvidarme de esto y reforzarme pensando en el entorno del
K30 donde veré por primera vez a mi gente. ¡Vamos!
Como no podía ser de otra manera los pasos por la
Plaza de María Agustina (27.5 y casi 30) me dan el chute de moral que necesitaba: visualizo a mi gente, hay más público y veo ya menos de una hora de correr por el centro de una ciudad entregada, o eso creía yo... hay animación en determinadas zonas pero tampoco es tan masivo como yo pensaba. Tras
2 horas 2 minutos y 26 segundos llevamos 30K de marchetta y hemos vuelta a los 4.05 de ritmo crucero, ¡bien! dentro de la carga me veo todavía en estado de presentar batalla final, porque esto, solo acaba de empezar.
Hace un rato que empiezo a cantar lo que nos falta en forma de distancia o tiempo 'entendible' (porque la cabeza empieza ya a no carburar también) "una Tapia" (-16K), "apenas una vuelta por el Parque" (-12K), "menos de 50'"...
Pienso que vamos a estar arropados en el final y no hay mucha gente, creí que tendríamos grupos y a esas alturas cazamos alguno con el que seguimos pero no deja de ser el monólogo de toda la carrera: Aguantamos ya con las tuercas a punto de explotar hasta el
K35 (K31-35 4.08 06 09 13 05) y noto que mi compañero hace un rato que apenas me devuelve conversación, noto que se rezaga unos metros. Son momentos duros apenas hay nadie para animar ni para acompañar en carrera. Veo clara ya la carrera: será un
Sevilla (donde me hundí los últimos 4 kilómetros) o un
Frankfurt (donde perdí poquito 5'-10''/K finales pero terminé con sensación de estar ahí)
Tengo a
la bestia a los pies, pisándole la cabeza a punto de rebanársela, ella dirá que es al revés. Que está a punto de pegarme el tajo ella. Es el momento en que cualquiera de las dos cosas pueden pasar. La línea es muy fina y como en las
películas de suspense (otrora parte del relato de guerra) hasta el final no sabes qué va a pasar.
Consumidos los dos geles y las patas ya cargadas y puede que apunto de estallar miro a Filípides y sigo, continúo, aunque hay rectas eternas y giros que cortan el ritmo (el centro es pequeño) me da la sensación de que estamos
corriendo bien pero hace un rato que no le canto los parciales a Lolo, prefiero que se centre en correr y el sufrimiento a que se machaque pensando en que estamos perdiendo segundos por kilómetro. Segundos que son ridículos (5''-10'') comparados con una auténtica petada si llega.
Cortesía Serrano Cárnicas.
El caso es que produzco de tanto entrenar solo, de las tiradas de 30 en el parque otra vez solo o los hígados que uno empieza a asumir mentalmente en este tipo de situaciones cuando piensas en todo lo que das para estar ahí tiro tiro y tiro y animo a Lolo, le apelo a lo
intrínseco: su hijo y a todo lo que ha hecho por estar ahí, a los madrugones, a los sacrificios, a todo lo que yo mismo me estoy repitiendo en la cabeza.
Pero también a lo
extrínseco: "vas a hacer marcón, bajar tu marca varios minutos, ¡vamos!"
Somos
privilegiados por tener una pasión que además hoy día es un lujo, pues vamos a rendirle pleitesía y a aprovecharla, que nadie diga que no hemos luchado.
"Quedan 40' (20'+20' dice otro)", la distancia entre nosotros es de unos metros pero le sirvo de guía, puedo ir un poco más pero sé que si en el 38 te dejan ahí tienes muchas papeletas de caer y ser golpeado vilmente.
Me da igual sacrificar unos segundos que tampoco sé estimar en cuantos, o terminar en 2.52 largos,
se merece que le acompañen y allí estoy yo para darle el relevo.
Tras los últimos kilómetros ratoneros, de giros, idas y venidas a ninguna parte, parece un sueño en el que corres y corres sin saber la dirección, cosas de no conocer todo el recorrido. Vemos un par de veces a
Javi, habitual de este blog y de Castellón que lo ha tenido que dejar ¡mala suerte! Sentir arcadas alrededor, taladrarle en la cabeza con mis ánimos y los "apenas 20' de un calentamiento de series que nos quedan", nos metemos en la parte final junto al Parque Ribalta (¡otra vez!) aprovecho la parte del público para pedirles apoyo y gritar a Lolo "vamos" "vamos Lolo". La gente responde y veo que sigue ahí, ¡bien!
Salvamos la papeleta (
K36-40 4.12 15 15 20 (pico de pérdida) y 13) y estamos vivos, solo dos kilómetros y un Maratón más, tan cerca, ya no es tan lejos, es apenas un ratito de reloj.
Con dos rombos...
Dedico muchos minutos finales de sufrimiento y concentración,a la gente de mi alrededor de forma mental,
made in Arrola (ver su
Maratonianos Agenda Running)
¿Dónde están las molestias? No hay como tal las sentí durante la preparación, si las piernas cargadas pero parece que he aprendido a correr con ellas...
Estamos fuera del Parque y seguro de que Lolo lo va a conseguir tiro un poco más, marcado a 4.16 y 14 el final con el recuerdo de que en Sevilla en esos precisos momentos en el ámbito de la Cartuja desangelado me cayó una auténtica minutada en forma de casi minuto el kilómetro, ahí no podía más y aquí apenas se me van segundos tras casi 3 horas corriendo.
Disfruto la llegada como tantas veces, con mi gente en un lateral, mi chico por primera vez "animando", la sensación de haber corrido bien, regular, en un día duro de viento y sin grupos, de controlar al final con las piernas cargadas y de haber ayudado un poquito a un compañero de Maratón, a un
bautizado maratoniano, en un día perro, con honores.
Cortesía Arturo Mancebo.
2.53.39 a 4.07/K 86º clasificado de 1.743 llegados a meta. 24º senior masculino.
Clasificaciones Maratón Castellón 2014
Mi quinta mejor marca de ocho disputados, superando a los machaques de Sevilla y Milán.
Llego, lo celebro, ¡uno más! pienso con una preparación complicada y en dos horas cincuenta y algo con buenas sensaciones, me giro y veo a Lolo apretar para llegar por debajo de 2.54... le animo y nos fundimos en un abrazo. Hoy he ganado doble, su triunfo es el mío.
Me siento tan contento como si hubiera batido mi MMP, y ha sido él el que lo ha hecho. Baja su marca ¡3'!
Lolo bajando de 2.54, cortesía RunOnline.
Vídeo de Maratón Castellón 2014 en 2.53
Nos fundimos en un abrazo. Hace poco ni nos conocíamos pero este Maratón nos ha hecho saber el uno del otro, puede que no lleguemos a coincidir nunca más, ¡espero que no! pero nos quedamos con una llegada y un recuerdo para siempre, de maratonianos corriendo juntos y ayudándose en el momento más esforzado. De ese deporte que dicen es tan solitario y que muchos saben, sabemos, que es
tan colectivo como el que más.
La sonrisa y la alegría pueblan mi alma.
En breve el análisis. Gracias a todos por los ánimos, que fueron muchos :)
Lolo bajando de 2.54, cortesía RunOnline.
Castellón me reconcilia una vez más con el Maratón, ¡qué grande es el Maratón!