martes, 11 de noviembre de 2008

La otra Burbuja


Cuando uno está apartado de algo durante un tiempo y vuelve a retomar el contacto con ese mundillo se sorprende al ver materializarse fenómenos que ya se encontraban en pleno proceso de cambio en el momento de su desvinculación.

Hay cosas que tras 33 meses separado del running me resultan llamativas.
Una de ellas son las zapatillas de correr, cada vez con más diseño y con campañas de publicidad más potentes (como Nike Plus), otra son los artilugios electrónicos que cada día acompañan al corredor en su entreno diario.
Un poco antes de dejar esto (allá por 2005) tuve el primer Forerunner que apareció en el mercado, ahora puedes volcar desde el Ipod o el Iphone con una precisión asombrosa lo que has corrido con un montón de parámetros complementarios y lo que nos queda por ver...

Pero lo que más me impacta es el fenómeno de las Carreras Populares, aquellas en las que los corredores amateurs podemos ponernos a prueba frente a una distancia concreta y con el estímulo del resto de participantes con el objetivo de superarnos a nosotros mismos.
Lo cierto es que cada día hay mayor número de personas corriendo por los parques y bosques de nuestras ciudades, como espectacular es el aumento de féminas que lo hacen.

A mayor práctica, mayor demanda y oferta para el consumidor objetivo, porque al final somos un target más para las empresas que venden zapatillas, cacharros de medir distancias o carreras de dorsal en el pecho y chip megapreciso en la zapatilla.
Cuando Antonio Sabugueiro se inventó la San Silvestre Vallecana corrieron 57 personas el "Gran Premio de Vallecas"... 45 años después serán 27.443 más, y casi todas ellas se habrán inscrito con 2 meses de antelación a la prueba mercantilizada hasta la saciedad por Nike.

Lo más preocupante es que ése estado de urgencia tipo Marathon de Nueva York para el que te tienes que apuntar con mucho tiempo y abonar un peaje cuantioso, se ha extendido ya a carreras no tan comerciales, ni tan masificadas como es el caso de los 10K Villa de Aranjuez en diciembre, uno de los diezmiles más rápidos y bonitos del año en Madrid para el que ya se han agotado sus 2.500 inscripciones, también mes y medio antes de la carrera.

Simplemente, espero que no estemos matando entre todos la gallina de los huevos de oro, con tanta carrera agotada antes de fecha (razonable), inscripción de precio sonrojante (abonar 10€ ya es dar las gracias) y masificación en ruta (cada vez estiran más el cupo)
En lo que a mí respecta, me quedaré sin correr el 21D entre los jardines de Palacio y me hará replantearme (con tiempo) la posible participación en otras carreras procurando evitar sorpresas desagradables.

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