Hoy hace 10 años que debuté en Maratón.
Fue una primera vez inolvidable, en Donosti - San Sebastián, donde siempre soñé y de la mejora manera posible (2h47'49" sin pinchar, como un reloj)
Después han venido 11 maratones más hasta completar 12 hasta la fecha.
10 años dan para mucho. Tu vida puede girar literalmente 180 grados. Y así, ha sido la mía.
Por ello, me apetecía dejar reflejadas 10 cosas que he aprendido tras 10 años de debutar en Maratón, Quizás, aquellas 10 cosas que me hubiera gusta saber cuando debuté y ahora sé:
1. Confía en ti. Una buena base, plan (entrenador, idealmente), regularidad, persistencia, fe en lo que estás haciendo y en el día D y, de esta forma, todo llegará. Debes visualizarlo y creértelo, aunque a veces no lo veas.
2. Eres capaz de mucho más de lo que crees. Al hilo de lo anterior, no es que puedas hacerlo (a simple vista es una distancia que da cierto respeto) es que realmente puedes hacer eso y combinarlo con trabajo, familia, la vida loca que todos llevamos e incluso rendir bien. El ser humano es maravilloso.
3. Correr no lo es todo. Alimentación, peso, descanso, hacer fuerza (hace 10 años nadie hablaba de eso) y quizás algún deporte sencillo cruzado. Todo ayuda al Maratón. Tampoco, evidentemente, el Maratón "lo es todo" en sentido general (ver siguiente)
4. No te obsesiones. Ni eres profesional, ni lo vas a ser. No vives de esto, ni vas a vivir de ello. Lo haces porque quieres y te apetece, como leer un libro o hacer un viaje. En realidad estás haciendo ambas cosas a la vez, estás escribiendo un libro de un viaje hacia tu interior. En serio, esto no es ni más ni menos que otras mil cosas que hay en la vida. Una vez relajas la intensidad cósmica de "El Maratón" disfrutas más de él. Pero no infravalores todo lo que te puede aportar y enseñar (ver número 10)
5. La marca no es importante. Hasta que tuve mi primera lesión (Diciembre 2014), es lo que me movía. Después volví porque me gustaba y no por marcas. Tuve que aprender con "dolor" que no es importante. En mi último Maratón hice casi 4 horas, más de una hora más de lo que hacía en mis primeros, y mi nivel de disfrute fue igual o mayor. Lo que no es sano es correr lesionado, ni en el proceso ni en la carrera.
6. Disfruta el proceso. Hay quién dice que esto es condescendiente o se dice con la boca chica. Pero, en serio, no creo que nadie se embarque en 3 o 4 meses de compromisos semanales para "solo" una mañana. Sería algo muy reduccionista. La gente con la que compartes el objetivo, la que conoces por el camino, las cosas que te pasan, apuntarte al Maratón, su logística, los momentos que doblegas tu pereza o el cansancio, la ilusión de verte crecer y estar a punto de llegar a otra línea más de salida. Todo eso. Luego, la guinda. El Maratón. Pero si no sabes saborear el antes, no lo harás en el después. ¿Sabes por qué? Porque luego el día del Maratón es una quimera y puede pasar cualquier cosa. Así que mejor, disfruta el camino.
7. Selecciona bien tus plazas. Una vez te metes en el mundo del Maratón el techo es el cielo y te ves corriendo en cualquier parte todo el tiempo. No eres inmortal. No tienes todo el tiempo ni el físico del mundo para correr toda la vida. Solo algunos privilegiados lo logran. He corrido en grandes sitios como Berlín, Rotterdam, Roma, Milán, Frankfurt, Valencia, Sevilla o Madrid pero también en otros no tan grandes. Que no está mal hacerlo pero ahora que cada Maratón cuesta su peso en oro ser sumado, quizás hubiera puesto primero los gordos y ahora no me faltarían imprescindibles en el imaginario maratoniano como Nueva York, Londres o París. Un día escribí que quería correr 50 maratones, ahora debería llevar 20 y "solo" llevo 12. Así que un poco de "carpe diem" en la planificación de tus maratones. Aún así, espero que todavía me quede algo de gasolina para correrlos.
8. Sé paciente. Cuando te lesiones. Cuando no te salgan las cosas. Cuando cojas peso. Cuando no te salga una marca, una y hasta treinta y dos veces. Cuando haya una pandemia. Igual que el tiempo no es infinito, de igual modo, en un espacio de tiempo razonable, hay el suficiente como para retomar, resurgir, volver, empezar, parar, desconectar y mil cosas más. Todo llega.
9. De las lesiones se sale, del Maratón no. He levantado bastantes lesiones. Al hilo del anterior, paciencia. De lo contrario, lo arrastras. Ahora tengo una que no pinta bien pero me apoyo en el trabajo que tengo que realizar, en experiencias pasadas y en la paciencia comentada. Más rápido o más despacio pero se vuelve. Del Maratón, no se sale. Si es tu pasión, te cuesta no emocionarte cuando ves que otros corren y tu no puedes. O cuando piensas que no podrás correr todos los que te planteaste. O cuando de verdad ya no puedas correr, seguirás soñando con correrlos porque tienen algo que solo una vez te metes, sabes valorar (siguiente).
10. El Maratón es una gran escuela de vida. Me ha enseñado tantas cosas que necesitaría 100 puntos para desarrollarlo. Me ha ayudado a soñar, a superarme, a creer en mi, a sacar adelante los "kilómetros 32" que todos tenemos en la vida, a seguir aunque estés destrozado, a saber que todo el dolor pasa y luego llega la gloria de la línea de meta. Y a que puedes. En serio, puedes.
No tengo ni idea de donde estaré en 10 años y, gracias a este aprendizaje de vida, ahora mismo no me preocupa.
Sé que saldrá bien porque me he llevado todo esto puesto. Lo llevo cada día. Confío en mi estrella y esta filosofía de vida. En realidad es un decálogo de vida, no de Maratón. Solo hace falta cambiar algunas palabras.
Esa gestión de la incertidumbre que te da el Maratón. Y aguantar lo que caiga con fe en ti mismo, es lo que me hace confiar que todo saldrá bien.
3 comentarios:
Buen post Darío! Me siento muy identificado 👍
Abrazo!
Buen post. Saludos
Excelente reflexión aplicable a todas las áreas de esto que es la vida!!
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