Cuando atraviesas por la clásica racha con un estado de forma irregular, tirando a malo, con molestias, achaques y ritmos lentos... llega un día en el que suena la flauta y toda esa rabia latente en tus piernas sale fuera para recordarte que sigues vivo y que el mañana existe.
Ayer me ocurrió esto.
El mejor entreno de la temporada.
5 series de mil con descanso de 3', que en el papel no pensaba ni siquiera acabar y que partían de un ritmo objetivo de 3'45''.
El resultado final: 3'25'', 3'23'', 3'24'', 3'24'' y 3'24''.
Nunca he destacado por saber regular a la perfección los ritmos de entreno, quizás mejor en competición, ayer empecé 20'' por debajo de lo que pretendía hacer y con buenas sensaciones. Jose me dijo "a ver si lo mantienes, que quedan 4 más".
Sus palabras se me grabaron a fuego y tiré para a delante, dejándome todo el trote ligero que deseaba sacar estos meses durante esos 5 kilómetros seriados.
Es el entreno de la excepción que confirma la regla. No estoy para correr rápido pero ayer llego al parque (en la pista esos tiempos deben ser inferiores) y le meto un buen bocado a la tierra. Resulta que además me da por mirar parciales del año pasado por estas fechas (cuando ya corría en 35's) y tan sólo son 6'' inferiores, no más.
Hoy floto, mañana... espero que también y lo siga contando por aquí :)
2 comentarios:
Vaya ritmos que te marcas Dario. Y lo que más me impresiona es la regularidad... ¡yo soy incapaz de hacerlas iguales!
Gracias Txamo ;)
Ahora falta el correlato en competición :)
Como digo en el post, a mi siempre me ha costado una barbaridad regular ritmos pero ese día salieron muy bien.
un saludo!
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