sábado, 13 de octubre de 2012

Luchando contra nuestra Genética: el Mito de Babe

Érase una vez un cerdito en una granja de Nueva Gales del Sur llamado Babe y cuidado por un perro llamado Fly.

Nuestro amigo rosa piensa que es un perro ovejero como este último porque siempre ha sido cuidado por él.

Babe, el cerdito valiente

Babe está destinado a revolcarse entre el barro y hacer uso de las facultades que se le presuponen.
Sin embargo, tanto su amo como él piensan que puede llegar a alcanzar cotas desconocidas para un simple cochino: llegar a ser pastor ovejero y ser presentado a concursos para llevar a las ovejas al redil, como su buen amigo Fly le transmitió desde pequeño.

Además de ser una película, y una historia, encantadora, Babe es la metáfora de muchos de nosotros.

Luchamos contra nuestra genética, contra lo que 'supuestamente' estamos capacitados para hacer, incluso para lo que 'posiblemente' haremos mejor. En una oposición a la razón que desborda la lógica.
Sin embargo, algunos somos tozudos, no nos resignamos y perseguimos sueños aunque estén alejados de lo que está marcado en nuestro ADN, músculos o peso.

En mi caso, soy más rápido en corto que resistente en largo. Y mi complexión es más adecuada para lo primero que para lo segundo, ni soy delgado ni económico en carrera.
Pero no me resigno a alcanzar mis sueños en el Maratón, algo para lo que en principio estoy menos capacitado que para una prueba corta y explosiva.

El mismo fenómeno se da a nivel personal y profesional en muchos ámbitos, en cualquiera de nosotros.

Y, aún así, a pesar de la tiranía genética, en ocasiones, se da la vuelta a la tortilla y se demuestra que no hay nada escrito, sólo aquello que uno quiere creer.

2 comentarios:

Cosme J. Gómez dijo...

Estoy contigo Darío. La semana pasada hice 44 minutos en un diezmil con 85 kilos y 1,69 de altura, lo que se llama un gordito. Quedé el 79 de 375, y en la última vuelta pillé a muchos a los que les saco como 15 kilos, y ellos me sacan unos cuantos centímetros de altura. Se me quedaban mirando y pensativos (me imagino que pensaría, como puede ser que este tío tan "tocho" me pase). Sin embargo sí que es cierto que el peso hay que cuidarlo. Lo que pasa es que a mí me cuesta mucho, por mucho que corra, sino me quito de comer no pierdo. Y odio las dietas... prefiero correr 16 kilómetros a pasar hambre... Saludos!!

Darío Collado dijo...

Cosme, muy grande lo tuyo que comentas.
En mi caso, me refiero más a luchar contra uno mismo y sus genes que frente a los demás (aunque entiendo perfectamente lo que dices ;)

Sí que se deben quedar pasmados :)

Un saludo y a darle!