Un corredor de presencia perpetua y recuerdo imborrable, con su cinta en la cabeza, su constancia y sacrificio, sus marcas y victorias populares.
Desde que empecé (allá por 2001 él ya llevaba bastantes años devorando kilómetros) fue uno de los primeros nombres "populares" que empecé a retener por su presencia continua entre los primeros de cualquier carrera madrileña y su estampa etérea.
Su corazón se paró a los 46 años y no le permitirá surcar más carreras entre nosotros.
Nos deja un grande, alguien a quién respetar y admirar, y ahora, sentir su pérdida.
Descansa en Paz LUISJA.
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