Una vez más, y no será la última, ya estoy de vuelta a las andadas.
En los dos últimos dos meses, ya en fase de descanso de la temporada, me ha golpeado un coche y me he caído de una moto. La verdad, espero haber agotado ya el cupo de accidentes razonables, porque esto no son lesiones propias de la actividad runner sino más bien originadas por un mal de ojo o rito vudú subsahariano.
El caso es que el jueves pasado, harto ya de llevar parado una semana y media después de regresar de vacaciones, me lié la manta a la cabeza, cogí las zapatillas de horma más ancha que poseo (unas Pegasus ya desgastadas) y salí a rodar preparado para sufrir, al principio con un dolor insoportable y después con una molestia que casi se mimetizaba con el resto de dolores ocasionados por tanto tiempo parado (casi un mes), las ampollas y el dolor en la rodilla izquierda que en su día me ocasionó el famoso impacto con el X5.
A pesar de terminar los 7 primeros kilómetros de esta temporada llorando y a 4'38''/K en ése momento fuí la persona más feliz del mundo por poder correr, lo de menos eran dolores.
He repetido rodajes sábado, domingo cada menos con menos molestias, y ya hoy, he podido calzarme las Vomero, mi zapa de entreno para este año, y he podido acabar 9K en 4'21''/K sin dolor lo que me deja muy satisfecho teniendo en cuenta todo lo anteriormente recogido.
Tengo toda esta semana para realizar los últimos rodajes anárquicos, coger confianza y desempolvar la maquinaria oxidada antes de empezar la dictadura del plan de entreno para este año.
2 comentarios:
Hola, Darío, una gran noticia que ya puedas estar corriendo apenas sin molestias; desde Barcelona intentaré contrarrestar los poderes de la magia negra que parece ser que te envuelven últimamente; tranquilo, soy infalible, nos leemos.
jajaja, gracias manuel
un saludo!
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