Tras seis semanas y media de plan, 616 kilómetros en la mochila y apenas 7 días descansados de 45 posibles empiezo a notar los primeros síntomas de agotamiento.
Mejor reconocerlo que escribir que todo está siendo un camino de rosas y que esto del Maratón es un mito de los que lo frecuentan para acongojar a los no-practicantes.
Justo en la mitad del asunto, a 45 días para el gran día, me queda lo más duro o quizás, como casi siempre, sólo está en mi cabeza. Los próximos 25 días son clave, acumulación, dos tiradas de 30K y 32K y el último test de 24K a Ritmo de Maratón para el 13 de noviembre.
No pensé que llegara hasta aquí sin lesión de por medio ni con tan buenas sensaciones pero ya la carga pesa y deseo que se aclara el panorama de sesiones para empezar a ver la luz después del túnel. Aquellas semanas de bajadas y en la que comienzas a sentirte poderosamente fuerte, vivo, ágil, casi maratoniano.
Preparar un Maratón es encontrarse con 'el día de la marmota' una y otra vez. Misma sesión, idéntico ritmo, similar recorrido, parecida ropa... todo igual, pocas diferencias y no más referencias que las que el propio parque te arroja a cada poco para saber si vas en la dirección correcta.
Es como correr a ciegas. Me queda poco. Creo que aguantaré.
Estoy deseando que sea ya 27 de noviembre.
Estoy deseando que sea ya 27 de noviembre.
Darío
ResponderEliminarNi que decir que me parece la leche la preparación y tu motivación ¡y tu ritmo! ¡Mucho ánimo!
Un abrazo
Cuanta razon tienes en tu post. . . rodar y rodar por los mismos sitios es un duro sacrificio. Animo ya no queda naaaaa
ResponderEliminarIñigo
Gracias chicos, ya queda menos ;)
ResponderEliminarque buen maratón te va a salir¡¡¡
ResponderEliminar¡Qué Filípides te oiga Kike!
ResponderEliminarGracias!